Las manos son la carta de presentación de hombres y mujeres. Si permanecen hidratadas y bien cuidadas, reflejarán tu personalidad donde quiera que estés. Pero a veces, esta premisa no se cumple en su totalidad por factores externos como el exceso de trabajo, sequedad, el clima o la edad. Al igual que la cara, se arrugan con el paso de los años o empiezan a aparecer callos, pero hasta que ese momento llegue, podemos evitar que envejezcan. Junto a ellas, no podemos dejar de mencionar las uñas, aquellas que estando saludables y fuertes, embellecen esta importante parte de nuestro cuerpo. Es importantes que las mantengas o todas largas, o todas cortas. Es tu decisión si te las pintas o no.
Es necesario humectarlas a diario, por lo menos dos veces al día con cremas y/o aceites naturales. Notarás que en días muy fríos, se verán hidratadas y no secas, estarán listas para extenderlas y saludar a esa persona que llevas mucho tiempo sin ver. En días cálidos, con el calor corporal que emite nuestro cuerpo, basta con que las humectes una vez al día, de lo contrario, las mantendrás resbalosas y creerás que las llevas mojadas o sudadas. Igualmente, evitarás la aparición de callosidades que normalmente se ubican debajo del dedo medio o corazón.
En el mercado encontrarás muchos productos químicos y naturales para que compres el que más te gusta. Lo mejor sería que pruebes cremas específicas para cada zona, es decir, si te interesa cuidar tus manos, utiliza una crema que sea solo para aplicar en las manos. Los resultados que obtendrás serán mayores y recuerda que no todas cumplen la misma función para determinadas zonas.
No esperes llegar a los 50 para querer detener el tiempo y desear hacer lo que en tu juventud aplazaste. Y si estás en este rango de edad, no te preocupes, consiente tus manos y evita que se sigan deteriorando. Precisamente en ellas tienes la posibilidad de verte y sentirte plácida y saludable, nunca es tarde para darle el valor a esas dos manitas que la vida te regaló.